¿Alguna vez te has preguntado si tienes piel sensible? Puede que así sea, ya que el 70% de la población la padece.
Una piel sensible es hiperreactiva, o sea, que reacciona con comezón, enrojecimiento, calor, cosquilleo y tirantez resultando muy molesta. Cabe mencionar que, aunque tengas la piel del rostro grasa, mixta o seca, también puede ser sensible y de la misma manera la piel del cuerpo.
La razón más común para que una piel sea intolerante es que sufre una alteración en su barrera protectora que favorece la pérdida de agua, por ende, se deshidrata permitiendo que agentes irritantes penetren la piel. Por esto, es importante evitar esos factores que agravan la sensibilidad:
Limpia con suavidad. Asegúrate que tu limpiador facial y corporal sea gentil y mantenga la humedad en la piel. Recuerda lavar el rostro 2 veces al día y que tu tiempo en la ducha no supere los 10 minutos, además de no usar agua caliente.
Usa un hidratante especial para piel sensible, que ayude a restaurar la barrera de la piel, sea hipoalergénico y de preferencia que no tenga fragancias ni colorantes.
Un protector solar adecuado para piel sensible puede ser tu gran aliado, ya que en muchas ocasiones los rayos UV generan irritación en la piel, además del fotoenvejecimiento. Procura que sea mineral, porque Los protectores solares minerales solo incluye dos ingredientes: óxido de zinc y dióxido de titanio que no son agresivos en las pieles sensibles además de que le dan una vida útil más prolongada que las fórmulas químicas.
Evita aquellas cosas que desencadenan la sensibilidad, por ejemplo, un perfume, alguna tela, la exposición prolongada al sol, cierto maquillaje e incluso el aire acondicionado.
Entonces, cualquier producto que utilices, asegúrate que sea adecuado para piel sensible o en su defecto, que no te genere una reacción. 😉