Seguro te ha tocado ver más de alguna vez a una persona con la piel del rostro enrojecida, o quizá te pase a ti. Pues, ese enrojecimiento es un desorden inflamatorio crónico de la piel y es comúnmente conocido como “Rosácea”. Provoca piel rojiza y, frecuentemente, protuberancias pequeñas y llenas de pus en el rostro, algo así como unas espinillas.
Además del enrojecimiento sobre todo en mejillas, mentón, nariz y frente, también se presenta como síntoma ardor y pinchazos, así como sentir las áreas calientes y pequeños vasos sanguíneos visibles.
No se sabe, a ciencia cierta, sus causas, pero, se ha demostrado la predisposición genética, sobre todo en personas de piel blanca. No es peligrosa, pero tampoco tiene cura, solo puede tratarse y actualmente ya existen muchos productos dermatológicos para hacerlo.
La rosácea afecta solo al rostro y tiene cuatro fases:
- Fase pre-rosácea: la piel de las mejillas y la nariz se ruboriza durante periodos de tiempo mayores de lo normal y puede picar.
- Fase vascular: la piel tiene un aspecto rojo e inflamado, con pequeños vasos sanguíneos visibles justo debajo de la superficie (denominados telangiectasias).
- Fase inflamatoria: a menudo aparecen granos pequeños, a veces con algo de pus (denominados pústulas).
- Última fase: en algunas personas en ocasiones la piel alrededor de la nariz se vuelve gruesa y aparece roja y bulbosa (rinofima).
También existe el rosáceo ocular que afecta a los ojos y que causa prurito, sensación de tener algo en el ojo (sensación de cuerpo extraño), enrojecimiento e hinchazón de los ojos.
Es importante que, al primer síntoma, acudas con un dermatólogo para su correcto tratamiento. De igual forma, te compartimos algunos productos que podrías utilizar para cuidar tu piel con rosácea: