¿Alguna vez te has aplicado alguna mascarilla casera como las de aguacate, café, aloe vera, avena o incluso las famosas rodajas de pepino en los ojos? Aunque tenemos la idea de que son buenas para la piel, ¿en verdad son recomendables?
Empecemos con uno de los más utilizados: las rodajas de pepino en los ojos. Tiene propiedades descongestionantes y una gran cantidad de agua que proporciona hidratación instantánea superficialmente, por lo que su uso si podría recomendarse, claro, lavándolo bien antes de ponerlo para prevenir alguna infección y combinándolo con un contorno de ojos para aplicarlo después del pepino habiendo lavado previamente la zona.
Luego, el limón, es otro muy mencionado en tips de skincare caseros. Pero, en realidad su aplicación en la piel no es tan favorable y es muy irritante. Si bien es cierto que tiene propiedades despigmentantes por la vitamina C, es un ácido fotosensible, o sea, que es sensible a la luz y al estar en contacto con el sol puede generar manchas. Entonces, podemos decir que su uso no es, para nada, recomendable.
En ocasiones, recomiendan que se combine el limón con el bicarbonato de sodio que, al ser alcalino, reseca la piel, daña su barrera protectora por una sobre exfoliación, altera su pH y las bacterias naturales en la superficie que ayudan a prevenir infecciones y acné. Es decir, en el rostro es un súper no.
Entonces, podemos decir que los efectos de aplicar alimentos en la piel son muy superficiales, por lo que no sustituyen a los productos dermatológicos ya que no están científicamente diseñados para que penetren en las capas más profundas de la piel y no tienen las mismas propiedades que cuando un alimento se ingiere. En resumen: son acciones tópicas con funciones muy localizadas y con un efecto muy inmediato pero débil, en el mejor de los casos. Y, en el peor, pueden resultar dañinos.
Por todo esto, mejor te recomendamos dejar los alimentos para consumirlos y en su lugar, utilizar productos dermatológicos adecuados para tu tipo de piel. 😉