La piel del rostro puede ser normal, seca, mixta o grasa y esto se determina, siempre, genéticamente. Pero también pueden presentarse cambios por agentes internos y externos que ahora te explicaremos.
Piel normal.
Es aquella que se encuentra bien equilibrada, sin sequedad ni exceso de sebo, y tampoco es propensa a la sensibilidad.
Piel seca.
Produce menos sebo que la piel normal, por lo que carece de los lípidos necesarios para retener la humedad y mantener saludable la berrera de la piel. Se siente áspera, tirante y luce opaca.
Es más propensa a la sensibilidad, irritación y enrojecimiento.
Puede clasificarse también en piel muy seca y extremadamente seca, que por lo general se presenta en adultos mayores.
Piel grasa.
Tiene los poros abiertos y una sobreproducción de sebo, haciendo que la piel luzca brillante o grasosa. Además, tiende a tener puntos negros, barros y espinillas.
Hay varias causas que la generan:
- Genética
- Cambios y desequilibrios hormonales
- Medicación
- Estrés
- Cosméticos comedogénicos (productos que tapan los poros)
Piel mixta.
Esta piel está compuesta por dos tipos de pieles: seca o normal en la zona de las mejillas y grasa en la famosa “zona T”, que consta de la frente, nariz y barbilla. Como dato adicional, este es el tipo de piel más común en México.
Es importante que conozcas qué tipo de piel tienes para que tu rutina de skincare sea la adecuada y así tu piel se esté sana. Recuerda siempre consultar con tu Dermatólogo y con nosotros encontrarás todo para tu piel. 😉