Conocemos, de sobra, las manifestaciones del envejecimiento en la piel: las arrugas; la pérdida de volumen (o piel flácida); y la pérdida de densidad que se manifiesta en la piel más delgada y débil. Todo esto, ocurre por varios factores a los que se les denomina como tipos de envejecimiento.
Empecemos con el más obvio, el envejecimiento cronológico. Claro, al paso del tiempo, nuestro cuerpo sufre modificaciones naturales. Desde los 25 años, nuestra piel comienza a perder brillo, elasticidad, disminución de la tasa de multiplicación celular en la epidermis…en fin, todo esto, produce arrugas, deshidratación, acumulación de células muertas en la superficie de la piel y pérdida de firmeza. Por todas estas razones es que la piel está menos protegida contra las agresiones externas que una piel más joven.
El segundo tipo de envejecimiento es el fotoinducido. En este tipo, la piel se deteriora muchísimo más que en el anterior. Sucede por la alta exposición a los rayos UV sin la protección adecuada lo que hace que la piel se vuelva amarillenta, que surjan manchas, sequedad o arrugas profundas.
El tercer tipo de envejecimiento es el hormonal. Se presenta mucho más en las mujeres porque se debe a los cambios en la producción de hormonas, entre la premenopausia y la menopausia. Lo que sucede es que disminuye la producción de progesterona y estrógenos que son los que actúan sobre la hidratación, el tono y la densidad de la piel.
Por último, te hablaremos del mioenvejecimiento. Este sucede debido al repetido movimiento de los músculos en puntos determinados de la cara lo que acentúa algunas líneas de expresión.
¿Y cómo podemos retardar cualquiera de los tipos de envejecimiento? Pues entre mejor sea tu calidad de vida, es decir, entre mejor comas, duermas, te hidrates y tengas una rutina de skincare constante, más retardarás los efectos del envejecimiento.
Aquí te dejamos algunos productos que pueden ayudarte a revertir estos efectos porque queremos, para ti, la mejor piel.