Nunca falta que nuestros niños se raspen por andar jugando, un accidente muy común pero bastante doloroso que puede sangrar un poco. Por eso en esta ocasión, te queremos explicar el paso a paso para tratar una raspadura leve. 😉
Hay que saber que las raspaduras son heridas cutáneas que rozan o arrancan la piel y que no suelen ser graves pero, claro, deben ser tratadas
Lo primero y más importante es lavarte las manos con jabón para después lavar la herida, de preferencia con jabón suave y abundante agua.
Después, hay que aplicar una capa fina de ungüento antibacterial y reparador. Esto ayudará a mantener húmeda la superficie y a prevenir la formación de cicatrices. Así mismo, en la etapa de formación de costra, hará que no haya tanta comezón y así evitar volver a lastimar.
Por último, aplicar un vendaje no adhesivo, por ejemplo, una gasa y cambiarlo una o dos veces al día hasta que la raspadura haya sanado. Si la raspadura es muy pequeña o está en la cara o en el cuero cabelludo, puede dejarla secar al aire.
En caso de que la raspadura sea muy grande o profunda, tenga deshechos incrustados o presente inflamación, pus y calor en la zona, es mejor acudir al médico para tratarla.
Además, es importante recalcar que hay que vacunarnos contra el tétanos cada 10 años.
Recuerda que queremos para ti ¡la mejor piel! (y la más sana)